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Santa Catalina de Alejandría

  • Autor: Anónimo
  • Medidas: 117 x 47 x 41 cm.
  • Época: Siglo XVI
  • Técnica: Madera tallada y policromada
  • Propiedad: Museo Etnográfico de Jumilla

Estudio histórico artístico

Santa Catalina de Alejandría es una de las santas vírgenes más significativas de la cristiandad. Su vida ha inspirado no sólo obras artísticas de carácter plástico, sino también grandes piezas literarias, verbigracia, “Dulce Dueño” novela de Emilia Pardo Bazán, publicada a inicios del siglo XX y cuya protagonista, Lina Mascareñas, es el alter ego de su homónima mártir

La leyenda aúrea relativa a ésta revela numerosos episodios en los cuales destaca su amor a Cristo, la vehemencia con la cual defendió en todo momento la Verdad cristiana y  unas dotes intelectuales extraordinarias destinadas siempre a argumentar la fe de su religión. 

Según la Leyenda Dorada ( De la Vorágine, S. p.p. 765 y ss. ) su vida estuvo marcada por diversos episodios importantes cuyo final fue el martirio; desde el torneo filosófico de ésta frente a cincuenta doctores de Alejandría, hasta el cruento episodio en el cual fue azotada; desde su encarcelamiento en una mazmorra, sitio en el que un ángel la asistía, hasta el suplicio de la ruedas dentadas. Todo ello aderezado con otras historias, más o menos pías en las cuales se define a la santa como la esposa mística de Cristo o como la heroína que convierte al cristianismo no sólo al medio centenar de doctores y filósofos de Alejandría sino también a la propia emperatriz. 

Esta leyenda fabulosa fue narrada por vez primera en el Menologio de Basilio del siglo XI, aunque a partir de los siglos XIV y XV la representación de la santa y su advocación se hicieron  realmente notorias (Réau, L., pp. 273 y ss.). Sus atributos más característicos son la rueda dentada y la espada (alusión al martirio y decapitación, respectivamente), el libro, símbolo de su despejada inteligencia y saber filosófico, así como la cabeza del emperador Maximiano o Majencio, a los pies de la Virgen en actitud de sometimiento. Otras representaciones muestran a Santa Catalina de Alejandría en Sagrada Conversación junto a la Virgen con el Niño y otros santos; asimismo en la pintura renacentista y barroca el tema de los Desposorios Místicos de la Santa con el Niño Jesús constituye un argumento encantador de carácter alusivo y contemplativo. No han de olvidarse otras representaciones, menos populares y divulgativas pero también elocuentes, como aquellas en las cuales se representa a la santa encadenada -asimilación de caterina por catenaria- durante su presidio.

La imagen que nos ocupa es una antigua talla del primer tercio del siglo XVI. Ésta presidió la desaparecida ermita que bajo su advocación se construye en torno a 1550. La edificación actual es de finales del siglo XIX- el proyecto lo llevó a cabo el arquitecto José Marín Baldo en 1877- y no existe certeza de si se establece en el lugar del viejo inmueble. En cualquier caso, ambas se erigieron extrarradio de la villa de Jumilla en un emplazamiento singular, el Llano, y en terrenos que ocupaba un antiguo cementerio islámico. Como apunte enecdótico se da la circunstancia de que una de las promotoras privadas de la mencionada ermita es la celebérrima María Castaña, cuya muerte, se verificaría en torno a 1535, según Juan Lozano (1800). Ya Lorenzo Tomás en su Historia de Jumilla  (1976) ofrece los primeros datos acerca de la edificación de la Ermita de Santa Catalina, señalando la fecha de 1450 como de inicio de construcción bajo la subvención pecuniaria de varios particulares. Hasta la década de los años 70 del siglo XX formó parte de la vieja ermita del Cementerio Municipal hasta su traslado al Museo Municipal. Una vez restaurada, pasará a integrarse en los fondos museográficos del Museo de Etnografía de Jumilla.

La talla de Santa Catalina es la más antigua de las actuales que existen en Jumilla, si exceptuamos las piezas conservadas en el Monasterio de Santa Ana del Monte; y, a pesar de la indudable calidad de la obra, se encuentra muy desvirtuada debido a varias capas de repintes, mutillaciones y enmascaramentos en algunas de sus partes En la peana reza la inscripción: “Restaurada en 1895”. 

En el proceso actual de recuperación se están detectando algunos detalles interesantes de la pieza:

Varias capas de pintura que enmascan una policromía original determinada por superficie de estofa  en la cual destaca un gran sol sobre el manto en su parte posterior. 

Mutilación del busto con algunos elementos rehechos.

Enmascaramiento de la rueda y, sobretodo, de la indumentaria de la Santa a través de repintes y estucados. La mártir presenta túnica y manto. De la túnica prende un joyel de pecho que casi ha desaparecido; no obstante, no se han perdido ciertas calidades, tales como el plegado de la túnica o las mangas abullonadas.

Estado de conservación

Se trata de una talla en madera realizada en varias piezas. El estado de conservación era muy deficiente. Al deterioro sufrido por la antigüedad de la pieza hay que añadir las diversas intervenciones que ha sufrido, no siendo ninguna realizada por manos expertas.

La obra presentaba varias capas de repintes. Algunas realizadas con pinturas comerciales, formando  espesores muy gruesos.

La talla presentaba muchas pérdidas de soporte. También eran importantes las carencias de preparación y policromía.

Las policromías originales estaban muy desgastadas, quedando pocos restos de original en algunas zonas de la obra.

Se apreciaban zonas repuestas con telas y colas, como al caso de la rueda de carro, o rellenos en la peana.

Proceso de intervención

  • Analítica y toma de muestras, radiografía de la obra, análisis de madera y extracción de micromuestras para la analítica de pigmentos y aglutinantes.
  • Sentado de color, con colas orgánicas y calor, se realiza aplicando colas animales y sintéticas, posteriormente ayudados por la espátula caliente y presión se adhieren las zonas de pinturas separadas del soporte.
  • Limpieza mecánica, aspiración y brochas, eliminación de polvo y residuos de yesos y otros depósitos no originales. Con la brocha se van separando para ser retirados totalmente con la aspiradora.
  • Limpieza química. Eliminación de repintes y barnices oxidados mediante disoluciones químicas. Se realizan test para determinar los disolventes más adecuados para la limpieza.
  • Arreglo de grietas y desencoladuras, colocación de espigas y sellado. Las chuletas son de madera de balsa, se colocan rellenando las grietas, adeheriendolas con cola blanca. El espigado se realiza con barillas de madera de haya uniendo las zonas separadas, se usa también adhesivo sintético.
  • Estucado de carencias, con estuco tradicional.
  • Reintegración cromática, con la técnica diferenciada del regattino. Se decide reintegrar únicamente las carnaciones de la cabeza, y dos zonas muy concretas de la obra.
  • Protección final, barnizado pulverizado con pistola y compresor.

Imágenes

Santa Catalina de Alejandría - Imagen 1 Santa Catalina de Alejandría - Imagen 2